domingo, 3 de febrero de 2013

Día 261,

Otro domingo que amanece pronto. Vamos que para mi amanece antes de que haya amanecido.

Cuando se muere un programa de radio, un trozo de historia desaparece con él. Se va la historia de esa radio, pero también parecen desaparecer las pequeñas historias que giran en torno a ese programa. Historias de la vida cotidiana que tienen de fondo la banda sonora de ese programa.

Historias de gente que sale a correr a la misma hora del programa. Historias de conductores que cambian la radio justo cuando empieza el programa (si el tráfico va bien les pilla siempre por la misma rotonda). Historias de agricultores, vigilantes, camareros, peluqueros, estudiantes , masajistas... que hacen su trabajo con el programa de fondo. Historias de gente a la que no le gusta el contenido del programa pero le encanta el contenedor. Historias de amigos que se conocieron por el programa. Historias de amor que surgieron con el programa sonando.

Son las Historias (sí con mayúscula) que parecen desaparecer. Y que los que querrían enterrar pronto el programa, leen cada día. Historias que no desaparecen porque los sentimientos y las sensaciones no se pueden robar.

Historias que siguen teniendo un punto de unión, aunque el programa no suene. Historias que tengo el placer de seguir viviendo. Historias de gente que a estado mucho más a la altura, que los que debían. Historias que llena mi vida y la de los míos de pequeños detalles. Historias de personas a las que nadie, de los que deberían, les ha dado una explicación.

Un día más, GRACIAS.

Buen Día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario