A uno. ¿A ver que se cuece hoy?. Tensa
calma. Los familiares empiezan a enterarse,preguntan. La seguridad de
alguno sobre lo incierto sorprende. La información se cotiza, no se
comparte.
Algunos valoran lo que pueden perder. Otros como, aún
teniendo mucho, nunca lo valoraron, siguen, como siempre, currándose (y
perdón por usar ese verbo) la fama de lo público.
Hacemos cuentas,
y sabemos los lugares a los que nunca llegara la tijera y debería.
Tenemos nuestro propio análisis. Pero no nos sirve más que para arreglar
el mundo en un cafe.
Yo?, disfrutando cada segundo que tenga.
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