lunes, 11 de enero de 2016

3 años de tonos grises. 3 años fuera.


Hoy se cumplen tres años desde que me llegó una carta que acababa con la relación de Onda Madrid conmigo. 17 años de trabajo que pretendían destrozar con diez folios.


Mi primera palabra, en este día de tantos recuerdos, es para los que eran (si hoy lo son, no lo sé) oyentes de aquella radio antes del destrozo. Y la palabra es GRACIAS.  Su cariño es lo mejor que me ha pasado. Su reconocimiento suple las explicaciones que nunca llegaron. Su lealtad sana todas las traiciones. A veces, no sé ni como responder a tanto cariño. Y hasta me siento culpable por compartir con ellos el semblante gris. No me gustaría romperles la magia que nos unió: la magia de la radio.



Hace menos de un mes alguien me escribía:

“A veces he pensado que tal vez sea más sano mentalmente pasar página e iniciar una nueva vida, pero si sigues en la lucha será porque te reconforta.”.

Lo hago, todos los días. Cada día que amanece construyo esa nueva vida, la nueva vida de ese día y no más allá, que me lo desmoronan con una carta. No es fácil, pero se intenta. Todos los días se intenta. Pero creo que cuando me despidieron me pusieron en un lado de la historia y asumo ese lado. Si nadie denuncia, gana el silencio.

Mucho se dice del ERE en la tele pero, poco o nada, de cómo afectó a la radio. Tal vez porque los que deben, no la representan. Ninguno. Ni los de un lado, ni los de otro. Los responsables ejercen de irresponsables y ponen el cazo. Los otros, en la radio, dejaron de moverse cuando los 861 asuntos menores fueron los de otros. ¿Por qué parece que, salvada la nómina, en la radio, la defensa de la Radio Televisión Pública ya no es tan importante?¿Acaso ya no es necesario pelear  por una información libre y no sesgada en la radio? ¿No sigue siendo una barbaridad el despido de 861 compañeros?

Y, de repente, ayer, tres años después, uno reaparece y me manda un mensaje para recordarme que hoy se cumplen tres años. ¿Creerá que puedo olvidarlo?, ¿qué querrá que le conteste si ese es su primer mensaje EN TRES AÑOS? Más me duele que tenga el descaro de mandar ese mensaje a quienes llevan tres años y doce días sin trabajo, sin indemnización ni paro. ¿No será capaz? Les brindará su ayuda, supongo.

Salir en la foto no es defenderla, ni defenderme, ni defenderlos. Si alguien piensa que #OtraOndaMadridesPosible o que,  #OtraOndaMadridesNecesaria tiene más que ver con la insistencia de los que recordamos siempre que la radio también existe, que con los que se empeñan en que no se haga ruido no vaya a ser que…. El ruido es un torrente de cambio.



Admiro a todos esos compañeros que se han mojado estos tres años, los que están fuera y los que siguen dentro. Y vuelvo a usar la misma palabra: GRACIAS a quienes sí están, a los que además de ponerse el peto han hecho lo posible y más, por todos y cada uno de los despedidos. Gracias Angel. En estos tres años de tantas ausencias, me han emocionado mucho las presencias. He sentido los abrazos de gente que ni conozco. Y las ausencias, dejaron ya de dolerme.

¡A los pocos meses del despido me encontré con unos “compañeros” que aún trabajaban en aquella radio. Se habían “librado” del ERE, o como alguna dijo sin escrúpulos: “habían salvado la nómina”. Una me preguntó si ya había encontrado otro trabajo. Me sorprendió. ¡Qué rápido había recompuesto ella mi vida! Bueno, más bien su vida laboral sin mi presencia, sin nuestra presencia.

Yo aún estaba temblando. Aún hoy, tres años después, a veces tiemblo. Aún contaba pedazos, aún los cuento, aún intentaba asumir lo que significaba hacer añicos una vida, la mía. Aún leía mi carta de despido y trataba de entender qué diablos era eso de que ya no me necesitaban en el Telenoticias de la tele, si yo siempre había trabajado en la radio.


Hace poco discutía con alguien que creía saberse mi historia mejor que yo. Y, ¿sabes lo que pasa?, que yo estaba allí. Estaba cuando llegó la carta y he estado en todos los días de mi vida en estos 3 años que han pasado desde entonces. Me sé mi historia porque la he vivido, sé lo que cada día he sentido. Sé cómo han ido llegando todas y cada una de las noticias grises que han intentado derrumbar un pasado hecho de trabajo en la radio.


Como despedido en el ERE primero tienes que tragarte que te digan que es por una causa económica, cuando el sueldo de muchos de los que se quedaron lo desmiente. Y, como me dijo un compañero técnico despedido, si mi despido hubiese servido para arreglar aquello, pero… Yo añado, milongas las justas. Ahora, tras el “cambio” en las urnas tienes que leer que el problema es la politización y que se va a hacer una Ley, para despolitizar. Y la hacen, la lees, y tras fijarte, por ejemplo en la disposición adicional única y piensas: milongas las justas.




Ves como contratan a gente en la radio y yo ya no les valgo porque tengo el estigma del ERE. Una contratación, dos , tres, cuatro…. Y los políticos te hablan de despolitización y… milongas las justas. 


Se me da bien, escribir sobre tristezas se me da bien.  Pero también tomarme la vida con ironía,  eso me salva. Pido perdón por toda la bilis gris que recorre este texto pero prefiero soltarla para no envenenarme. Que luego se nos va la vida con tanto sufrimiento. Vicente te extraño.
Hoy se cumplen tres años desde que me llegó una carta que acababa con la relación de Onda Madrid conmigo. 17 años de trabajo que pretendían destrozar con diez folios.








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