Día 158.

158 días son, un poco más de cinco meses. No está mal, ¿no?. Ayer hablaba con un amigo sobre la necesidad de saber ya. Y me llama poderosamente la atención como asume que no se puede, que hay que esperar. Los representantes, también asumen, a ver, no queda otra. Los impacientes, como yo, lo llevamos peor. Ya me lo dijo alguien una vez: no se puede controlar todo. Menos mal que decidí controlar esa necesidad de controlar (¡Uy, ya estoy intentando controlar ;-)

A veces, no voy a negarlo, ni me apetece escribir aquí. Y no es porque no me guste escribir, que me encanta. Doy gracias a Anita y a Juanma por recordármelo. Tampoco es porque el tema no me inspire, que inspira y mucho.
No me apetece porque, escribir aquí, impide que haga el avestruz y esconda la cabeza. Escribir aquí todos los días me impide alejarme de esta MIERDA.

Y aún así me alejo todos los días, cada vez que decido disfrutar de la RADIO me alejo de esta MIERDA. Pero no escondiéndo la cabeza, sino cuidando esta empresa que muchos decidieron abandonar ya. Y, alguno sigue en su silla, pero ya la ha abandonado. Y no lucha, porque no la siente. ¿Por qué les dan poder?.

Hoy debo estar melancólica o algo. Porque sólo me sale lo que veis. Hoy no hay sitio para mis personajes: el fantasma, el pintor, el que dormita o la del bolso. Hoy es muy YO. Perdón si parece egocéntrico.

Como adelanto de lo que vendrá tenemos un nuevo personaje: el pitufo gruñón.

Buen Día.