Que la justicia me acompañe.
Esto no es cuestión de fuerza ni de debilidad, esto es cuestión de paciencia. Ser una trabajadora a la que le han robado su trabajo con la pasividad de todos los que tenían mano en esta historia, me la da. Todos sabían , todos callaron, la cuenta salía.
Claro que me dan ganas de rendirme, claro que a veces pienso : "hasta aquí, ya no vale más la pena luchar" . ¿Qué creéis?, a mi me apetece escribir de otra cosa, pensar en otra cosa, olvidar y vivir. Pero no me da la gana. No puedo dejar que pisoteen mis derechos y no defenderlos... Si alguien ha cometido algún error deberá rectificarlo y asumir las responsabilidades que antes se obviaron.
Esto es cuestión de paciencia, mucha, muchísima , pero estoy encontrando rincones de la mía que desconocía . Alguno de los que desde la tranquilidad de la nómina habla a la ligera de los 829 (que por cierto son más los afectados) ¿se ha puesto realmente en la piel de un despedido?. Es tremendamente fácil hablar del conjunto, de la cifra ...pero ponerse en la piel de un compañero al que de un día para otro no dejan ni entrar en la que fue su empresa (ya ni digo casa), un compañero que recoge sus cosas con policía, un compañero al que le dan una liquidación mal hecha y aún espera una respuesta que nunca va a llegar, un compañero que lleva cuatro meses sin cobrar, un compañero que ve como la empresa en la que trabajaba sigue, un compañero cuyo presente es esperar... eso no debe ser muy fácil porque muy pocos lo han hecho. Muy pocos han sido COMPAÑEROS.
Sigo luchando por los míos, y por lo mío. Y en la medida que puedo por los más de 829 trabajadores despedidos injustamente . No soy fuerte, ni débil , soy una trabajadora de Onda Madrid a la que le robaron su trabajo.
Buen Día .
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